La linea del cincuenta y uno no es algo habitual en mi vida, de hecho, cada vez que me subo en uno de ellos emprendo un viaje bastante a la deriva, y hoy no fue la exepción, de hecho marco literalmente el seguir del día.

Siendo las 14:38:54 yo introducia las monedas dentro de la maquina de boletos. Pero esto no fue sencillo, ya que casualmente la maquina me cojio extrañamente un peso extra, además de no aceptarme la tarjeta extrañamente. Mi cara de desconcierto se adecuo a la situación, y no pude evitar reirme de la cara de pelotudo descolocado que en ese momento seguramente tuve. En fín.
El señor chofer siguio su rumbo y yo me sentía raramente con rumbo, de hecho llegué a pensar que jamás llegaria a destino porque una nube gigante iba a topar mi camino, en fín, es parte de otra historia. Por calle Colón (continuación de Vicente Zapata, para los que no saben, es una calle recta que aproximadamente tiene un kilometro y medio y tiene tres nombres distintos segun la parte en la que se situen) en las vias, cuando se convierte en Aristides, casualmente miro por la ventanilla del lado izquierdo, porque aclaro, iba parado porque dicho colectivo iba colmado. Miro una cabellera que me resultaba bastante familiar, aclarar quien era está de más. Lo mejor de ello que no cambio absolutamente nada de mi vida cuasi cotidiana. Eso si, tuve un impulso aleatorio, son de esos que sabes que no está bien, pero que todo te importa tan poco que da igual hacerlo o no. La vida es corta, y si mi vida hubiera terminado en ese momento me hubiera quedado algo por decir, pero claro, como soy yo claro que lo dije. En fin. Seguimos, pasado 10 minutos el colectivo entraba en el predio universitario, cuando de repente como de costumbre todos se avalanchan hacia la puerta de descenso porque son basicos (? [deliraba la gente de derecho e ingenieria] Si algún día tenes la oportunidad de dar la gran rotonda universitaria vas a darte cuenta que menos del 10% de las personas que van en el colectivo se bajan en Artes, lo cual te hace sentir algo especial (?) -basta de desvirtuaciones-

Yo parado y una avalancha de gente, cuando de repente TUC en mi cabeza, un desubicado me pego en la cabeza por desesperado, mi cara fue TAL que me pidio disculpas con la cabeza agacha, 'cmon, yo ya sabía como venía el día.

Lo gracioso es que sin darme cuenta hice todo diferente al resto de los días, me subi al 51 (cosa totalmente inusual en mi) e hize lo que odio. Bajarme una parada antes de la de artes, si, en filosofia. Tengo un problema con las paradas y los colectivos. Algunos no pasan por artes y siempre tengo en trauma que me voy a subir en un colectivo que no pasa por artes y terminare siendo carnada de algun negro en alguna villa perdida (?

Bajo en filosofía y el día continuo como cualquier día. Salimos, despues de 4 horas o más, ya ni lo sé. Vamos a la parada de Artes [FILOSOFIA SUCKS] y nosé, dejabamos pasar los micros que eran nuestros sin darnos cuenta. Hasta que de repente llega un 101 si mal no recuerdo, y nos subimos. Otro punto más, subo Lau saca su pasaje, una amiga de Lau también y cuando yo ingreso mis monedas, que puede suceder? CMON volvio a hacerme lo mismo un micro que no era igual al que anteriormente había tomado. En fín, lo bueno es tomarse la desgracia propia con humor. Lau saca mi pasaje y raramente a sus monedas no les pasa nada. Ah, al minuto y medio la maquina escupio mis monedas, eso fue muy positivo, solo perdí un peso en el día.

Seguimos, llegamos a la terminal y ya resignado a mi suerte muerta del día, sabia que mi micro para llegar a casa no iba a estar. Tal cual a mi predicción. Las chicas se van y espero 10-15 min aprox hasta que mi micro llego. Lo descomunal fue el recorrido del micro, increiblemente entro por un lugar que jamás entra para luego volver por donde debería llegar, asi fue que el tiempo de llegada comun de 35 min paso a 50 mins. En fin, debo a agradecer que llegué a casa sano y salvo, pero es algo a tener en cuenta, moraleja: un cincuenta y uno puede cambiar tu vida.